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Mensaje sugerido:

Respetado Gobierno de la República Popular China,

La riqueza de cultura y tradiciones chinas se extiende por miles de años, mientras en el presente, además, China rápidamente está convirtiéndose en una reconocida súper potencia económica dominante, con ciudadanos que disfrutan del alto nivel de vida resultado del progreso económico y social.

Con todo, un gran éxito implica una gran responsabilidad, y como ciudadana/o global, me siento verdaderamente sorprendido y consternado al enterarme de la crueldad y sufrimiento a que son sometidos actualmente en China los indefensos animales de compañía, especialmente perros y gatos durante el Festival de la carne del perro en Yulin, donde una forma medieval de maltrato a los animales se opone totalmente a los progresos como sociedad logrados por China en los últimos años. Esto no tiene que ver con diferencias culturales, sino con una ética mucho más básica que impone tratar a los animales con compasión. Es evidente que las prácticas llevadas a cabo en Yulin marcan el nivel más bajo de China como país. Animales que elegimos como compañeros de trabajo, nuestros ojos si quedamos ciegos, los guardianes de la casa familiar que comparten nuestra comida y que siguen siendo nuestros mejores amigos desde hace miles de años, hoy padecen en China masacrados de manera monstruosa . Hay muchos videos en YouTube que ilustran esta afirmación, aunque no son fáciles de mirar. Sin importar lo que cada cual piensa sobre el comer la carne de cualquier animal, no existe ninguna razón para que un ser viviente capaz de sentir dolor sea maltratado ni torturado: nadie dueño de una mente recta puede razonablemente argumentar lo contrario. Los perros y los gatos de China sufren torturas indescriptibles- golpeados, hervidos vivos, quemados con fuego- en mano de agricultores, comerciantes y carniceros.

El tratamiento medieval que padecen los animales domésticos faenados en Yulin contrasta con la imagen sofisticada, moderna y evolucionada que China intenta mostrar al mundo.
Voy a protestar por las decenas de miles de perros hasta que Yulin y los funcionarios del gobierno chino dicten y hagan cumplir estrictamente leyes que protejan a los animales domésticos. Sería un primer paso para poner fin a esta vergonzosa industria que condena a perros y gatos a una vida de miseria y dolor hasta su muerte en Yulin y en las demás ciudades que le suministran animales que terminan masacrados de manera aberrante. No todos ellos son “criados” para consumo, a menudo es el destino de amadas mascotas que fueron robadas.

Sinceramente,

(Firmar con su nombre, ciudad y país)

Suggested message:

Dear Government of China,

China’s rich cultural and traditional history spans thousands of years and now China is fast becoming a recognized and dominating super economic power, with its citizens enjoying a high standard of living as the result of economic and social progress.

However, with great success comes great responsibility, and as a global citizen, I am truly shocked and appalled to learn about the cruelty and suffering currently being inflicted upon the helpless companion animals, namely dogs and cats, of Yulin, killed during the annual Yulin Dog Meat Festival. This medieval way of treating animals sits at complete odds with how China has progressed as a society in recent years. This is not about cultural differences this is about the most basic of ethics and about treating animals with compassion. It’s plain to see that the practices carried out at Yulin represent a new low for China. Those animals we choose to be our working companions, our eyes when we are blind, our guardians of the family home, to share our food and to be our best friends for hundreds of years are suffering and are being slaughtered in the most monstrous of ways. There are many videos on YouTube to evidence this, although they are not easy to watch. Despite how you feel about eating any animal, no living, sentient being should be abused or tortured for any reason, and no right-minded person can rationally argue otherwise. Dogs and cats suffer unspeakable horrors at the hands of farmers, traders and butchers – beaten, torched with fire, boiled alive, etc. Not all these animals are “farmed” – many are beloved, stolen pets.

The medieval treatment of companion animals in Yulin provides a cruel contrast to the slick, sophisticated, modern image that China tries so hard to portray to the outside world.

Until Yulin and the Chinese government officials begin to legitimately and aggressively police, enact and enforce the companion animal protection laws as a first step in ending this shameful industry, I will be protesting for the tens of thousands of suffering, neglected and abused companion animals living lives of utter misery and pain unto death throughout Yulin and other cities that supply these animals to Yulin.

Sincerely,